Lo que aprendí del Puente del Arcoíris el día que tuve que mirar al cielo
- Ana Gabriela Montero
- 28 ago
- 3 Min. de lectura

Hoy se conmemora el Rainbow Bridge Remembrance Day, una fecha creada en 2015 por la autora estadounidense Deborah Barnes, en memoria de su gato Mr. Jazz.
A través de su libro Purr Prints of the Heart, Deborah compartió su experiencia de duelo y fundó este día como una forma simbólica de recordar a los peludos del alma que ya han partido.
Aunque no es una tradición oficial en Latinoamérica, cada vez más personas la adoptan con amor, integrándola a sus propios rituales, creencias y formas de transitar el duelo.
Porque no importa dónde vivamos, ni qué nombre le demos: cuando un peludo al que amamos trasciende, encontrar formas de recordarlo también es una forma de amar.
El año pasado, para esta fecha, yo no tenía idea de que existía el Rainbow Bridge Remembrance Day. Tampoco sabía lo difícil que era transitar el duelo por un peludo, porque aunque Lucky se fue cuando aún era una niña, y Pecas llegó y se fue sin hacer mucho ruido, lo que vendría después con Paz y Moothie me cambió para siempre.
Hay quienes dicen que estas pérdidas llegan para que tu alma evolucione. Otros dicen que estaba pactado. Algunos piensan que es simplemente la vida, sin razón alguna.
Yo creo que no importa el porqué: perder a un peludo al que amas, atraviesa el alma de formas que ni siquiera hoy, 10 meses después, sé cómo explicar.
Por eso estoy aquí, hoy 28 de agosto, para contarte sobre el Puente del Arcoíris.
La primera vez que leí esta leyenda fue en el libro Espérame en el Arcoíris, de Laura Vidal. Lloré esta vida y la otra. Pero también me dio paz imaginar que al final, todos cruzan y corren libres, sanos, felices y sobre todo... completos.
Y también he entendido algo más: hay muchas formas de honrar su recuerdo. No solo hoy, sino siempre que tu corazón lo necesite.
Cuando eso pase, cuando el corazón lo necesite… podrías intentar algo de esto:
mirar sus fotos y dejar que brote una sonrisa… o simplemente lágrimas.
visitar un refugio y ayudar a otro peludo mientras sanas.
hablar con alguien que te entienda, sin juicios ni frases que minimicen tu dolor.
escribirles, pintarles, o simplemente quedarte en silencio recordándolos.
explicarle a un niño que está bien estar triste, y que su amor no se borra.
llorar sin culpa. Porque no era “solo un animal”.
abrirle espacio a un nuevo compañero, si así lo sientes. Porque adoptar también puede ser una forma de honrar.
recordarlos, simplemente recordarlos.
No hay una sola manera correcta. Solo la que a ti te haga sentido.
Una amiga me dijo una vez que no hacía rituales, porque pensaba en ellas todos los días. Y pfff… lo sentí y fue realmente hermoso.
Y si hoy el día se siente frío y gris… que sepas que no estás solo.
Somos muchos los que hoy recordamos con amor, con lágrimas, con gratitud…
Porque cuando se ama así, el recuerdo no se apaga, se transforma.
Gracias por hacer posible que, algún día, al otro lado del puente… todos crucen.
Si nunca la has leído, te comparto aquí la leyenda completa del Puente del Arcoíris. Tal vez, como a mí, te abrace el alma. 🌈✨
✨ Si conoces a alguien que también esté recordando a su peludo hoy, puedes enviarle esta entrada. A veces, ese pequeño gesto también es amor.
Comentarios